Revista a de Divulgación
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Guarderías un negocio repugnante

Arturo Miranda Ramírez
Doctor en Educación

 

La masacre de niños por el incendio en una “guardería” de Hermosillo, Son., ha dejado al descubierto el gran negocio de funcionarios públicos, de sus familiares y/o favorecidos a quienes no se les exigen ni las más elementales garantías de seguridad y atención profesionalizada; ese, acontecimiento merece ser analizado no sólo desde el punto de vista sentimental y jurídico, sino en lo relativo a sus perspectivas formativas y educativas.
En la medida en que los padres y madres de familia cada vez más se han tenido que ver obligados a trabajar por igual para poder solventar las necesidades del hogar, los niños tienden a ser abandonados en sus casas a veces al cuidado de los hermanitos mayores,  abuelos, vecinos y cuando bien les va en lo que se ha dado en llamar de manera inadecuada GUARDERÍAS, que literalmente significa, que a los niños los llevan a guardar como si se tratara de objetos inanimados; por tanto, el término guardería de entrada es impropio; de aquí que se les debería llamar Centros de Atención Infantil (CENDIs).
Recientemente un equipo de investigadores nos dimos a la tarea de investigar el papel que juegan los CENDIS en la atención de los niños de cero a tres años, por considerar que lo que pase en esa etapa de su vida repercutirá positiva o negativamente durante toda su vida. Muchas investigaciones en el campo de la Psicología han demostrado, que cualquier trauma que sufra una persona en su infancia, se manifestará de una u otra manera en su comportamiento posterior como si fuera una huella imborrable.
Desde ese punto de vista, es una irresponsabilidad del Estado el desentenderse de los niños desde sus primeros años de vida al delegar a particulares su atención, porque sin lugar a dudas representan los cimientos de todo el proceso de formación de los futuros ciudadanos; no descartamos que de frenarse el proceso acelerado de privatización de la educación que el neoliberalismo nos impone, el Estado tendrá que asumir la responsabilidad de atender a esos niños si queremos que no sean en el futuro personas fracasadas y resentidos sociales.
Al legislarse el derecho constitucional a la educación preescolar, primaria y secundaria, por decreto se esperaba que los servicios educativos estarían asegurados para todos los niños y niñas en esa etapa de su vida; sin embargo, hoy sabemos que esa legislación no fue suficientes porque no abarca otras variables que provocan que nada más en Guerrero, más de 107 mil niños no tengan acceso a la educación básica, independientemente que aún no se atienden en todos los planteles los tres grado del nivel preescolar debido a que, según declaraciones oficiales, el Estado no cuenta con el presupuesto suficiente para cubrir esa obligación constitucional.
En relación a las “guarderías” privadas se pudo constatar, que además de funcionar en locales inseguros y disfuncionales debido a que cualquier “cuchitril”, accesoria o galera, puede ser autorizada para que los mercaderes de la educación hagan su negocio redondo, sobre todo, cuando sus propietarios están vinculados a la clase política, porque tienen asegurados los recursos que el Estado canaliza a través del IMSS, ISSTE, etc., para hacer las veces, precisamente de guarderías y no de Centros de Desarrollo Infantil, que implicaría una atención profesionalizada para la atención de los niños en esa edad.
En la investigación de referencia, se encontró además de las deficiencias en la infraestructura física, que son atendidos por personal sin el perfil requerido; se contrata a personas improvisadas y carentes de los conocimientos mínimos para la función que les corresponde; se encontraron aprendices de puericulturistas, pediatras, educadoras, etc. Y eso es así, porque a los propietarios de esos negocios lo que les orienta es la ganancia; no es lo mismo contratar a cualquier analfabeta que a un profesionista para la atención de los niños.
En Hermosillo, sin lugar a dudas que no habría tantos niños muertos si hubiese habido más personal que los estuvieran atendiendo; pero eso para los dueños del negocio  implicaría, menos ganancias que es lo que más lespreocupa; todos sabemos que la lógica de los planteles educativos privados se caracteriza por los bajos salarios y la sobreexplotación de sus trabajadores; se rigen por el principio de hacer más con menos y los resultados están a la vista en Hermosillo, Son., en el momento del incendio no hubo personal suficiente para salvar a tiempo a los niños. ¿La sociedad permanecerá indiferente a ese problema social?